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Relatos de la Grand Line: Alborada de Hazañas - I

lunes, 21 de mayo de 2012

Capítulo Primero: Prólogo

Monkey D. Luffy fue el último Rey de los Piratas. Él y su tripulación navegaron por todos los mares y ayudaron a todo aquél que lo requirió, pero al tratarse de piratas, tanto la Marina como el Gobierno Mundial pusieron una suculenta cantidad a su cabeza. Rodeado por un ejército de soldados de la Marina y del Gobierno con una fuerza equiparable a diez Buster Call, se dice que usó el poder de su fruta diabólica para hincharse y elevar su barco con toda la tripulación hasta más allá de las estrellas. Nadie sabe del cierto lo que ocurrió después, pero todos los soldados que estuvieron presentes afirman que se fue con una sonrisa en la boca.

Nuestra historia empieza en una pequeña isla de la Grand Line llamada Isla Surebia.

Isla Surebia estaba ubicada cerca de la Isla de Jaya, sin embargo su campo magnético inherente era tan insignificante que los Log Pose no lo solían marcar como ruta de la Grand Line. Como el transporte sin Log Pose era complicado, los habitantes llevaban desde tiempos inmemoriales practicando la pesca, la ganadería y el cultivo de frutas y verduras, y únicamente cuando algún barco atracaba en el lugar la gente aprovechaba para intercambiar o vender esos alimentos por otros más sofisticados y raros, a veces semillas, o directamente un puñado de berrys.

El único pueblo en toda la isla era el pueblo de Surebia, así que era bastante indiferente referirse al pueblo o a la isla. En las afueras del pueblo había un pequeño lago y algo de jungla, aunque deshabitada, o por lo menos sin ningún gran depredador acechando. El hecho de que vinieran pájaros a la jungla hacía que de vez en cuando creciera un árbol frutal nuevo, lo que solía ser motivo de alegría para los habitantes.

A pesar de que Surebia era muy pequeña y en él vivían pocos habitantes con menos problemas, era tradición que uno de ellos fuera elegido alcalde para mejorar la convivencia y solucionar problemas, que insisto, rara vez se daban. El actual alcalde de Surebia era Kaitrigan. Era un hombre de mediana edad, pero su engañoso aspecto lo hacía parecer más viejo de lo que realmente era. De carácter algo reservado se hablaba con todo el mundo por el mero hecho de conocerlos desde mucho tiempo atrás.

Al haber poca gente también había pocos niños en Surebia; eso no significaba que no debieran pasar una etapa de aprendizaje, así que Mirien era la profesora de la escuela del pueblo. Hacía cinco años que había empezado a enseñar, justo cuando su predecesora dejó el cargo debido a su avanzada edad para dedicarse a cultivar su huertecito. Alegre y jovial los niños la querían mucho.

Tras las largas jornadas de trabajo en el campo, los campesinos pasaban por la taberna de Nyb. Ella y Mirien eran las mujeres más atractivas de Surebia, o al menos en eso coincidían todos los hombres del pueblo. Nyb destilaba sus propias bebidas, no obstante aprovechaba cuando atracaban barcos para conseguir ron, vino y cerveza de mejor calidad, para ocasiones especiales.

El médico del pueblo era Arleigh. Era un hombre joven, y bastante apuesto, aunque lo que tenía de guapo lo tenía de tímido. Se rumoreaba que él y Mirien se veían a escondidas aunque nadie había conseguido confirmarlo, y todo lo que obtenían en preguntárselo directamente era que se ruborizase y no soltase prenda. Rayg era el hermano de Arleigh, algo mayor si bien compartía muchos de los rasgos, y era todo lo opuesto en cuanto a personalidad se refiere. Él hacía de policía, lo que significaba que pasaba la mayor parte de su tiempo en la taberna de Nyb, porque apenas había altercados en Surebia. Contrariamente a lo que se podría pensar, el hecho de que él y Nyb estuvieran tantas ocasiones juntos no significaba que mantuviesen ningún tipo de relación sentimental, pues se trataban casi como hermanos.

Los rumores no surgían porque sí, y eran Endethna y Galee las encargadas de informarse, a veces rallando el derecho a la privacidad, acerca de lo que ocurría en el pueblo. Ambas eran de avanzada edad y eso podría ser una de las causas.


Era de noche, y en una de las casas estaban tres personas sentadas en una mesa, cenando. Amain era el hombre, que se dedicaba a trabajar el campo ayudado por su hijo, Monty. En realidad Amain no era el padre de Monty, pues más bien se trataba de su padre adoptivo. Y Argusta tampoco era la madre biológica de Monty. Para acabar de liar el asunto, no había ningún tipo de relación afectiva-sentimental entre Amain y Argusta más allá de la amistad.

Años atrás en una noche de luna nueva, atracó un barco en Surebia. Parecía un barco pirata, pero estaba en un estado tan lamentable que parecía totalmente inverosímil que hubiese conseguido llegar hasta ahí. Los habitantes de la isla fueron rescatando a los tripulantes de la nave, pues antes que piratas eran personas, y cuando parecía que no quedaba nadie a bordo apareció el capitán pirata, con las extremidades vendadas y cubierto en sangre. Les dio las gracias a los habitantes y con las últimas fuerzas que le quedaban se acercó a Argusta, que lo miraba sorprendida y con un cierto asco. En sus manos el capitán llevaba unas mantas, dentro había un bebé. El capitán se presentó como Solbion D. Montenegro y le pidió por favor que lo cuidase como si se tratase de su propio hijo.
Abrumada por el momento, dio un paso atrás. Breves instantes después se acercó al capitán y tomó al bebé entre sus brazos. El capitán murió justo después, delante de todos ellos; probablemente desangrado, no obstante en la isla no disponían de la tecnología suficiente para averiguarlo. Al día siguiente se presentó Amain en casa de Argusta y se ofreció a ayudarla a cuidar del pequeño, al que decidieron nombrar, en recuerdo del capitán, Solbion D. Montenegro, pero todo el mundo lo llamaba Monty.

Ahora Monty tenía quince años, y comía tranquilamente la cena junto a sus padres.

Nyb había sido una de las tripulantes del barco pirata que habían rescatado, pero no conseguía recordar lo que había sucedido para que el barco quedase medio destruído. De hecho, ninguno de los supervivientes lograba recordarlo y eso era objeto de estudio de Arleigh. Amain, Argusta y Monty acabaron de cenar y se fueron a dormir, pues el día siguiente les esperaba un duro día de trabajo.


El sol relucía en el horizonte, y solo la neblina matinal era suficiente para atenuar el brillo. En casa de Argusta, ella estaba preparando el desayuno mientras Amain se vestía y Monty todavía estaba durmiendo. Amain puso la mesa, y Argusta trajo el desayuno. Monty se despertó. Se vistió rápidamente y nada más terminar su madre gritó:

- "¡Monty, a desayunar!"

Monty fue corriendo hasta la mesa para sentarse y los tres miembros de la familia, que no era exactamente una familia, empezaron a comer. Como era costumbre desde que Monty terminó su enseñanza básica, Argusta se encargaba de la casa y Monty y Amain del campo, el ganado y si quedaba tiempo, iban a pescar. Del campo ese día se encargó Amain, y Monty vigilaba el ganado mientras éste pastaba por la jungla. Monty volvió a casa y tomó su caña de pescar mientras advertía a Amain que iba a la playa a pescar un poco.

Una vez en la playa Monty preparó la caña con cebo y se tumbó en las rocas para observar el cielo. Veía una nube con forma de vaca. Y la siguió con la vista... De repente, en el horizonte divisó algo que se acercaba. Parecía un barco. Monty seguía el navío con la vista, que seguía acercándose a la costa, hasta que pudo ver que llevaba una bandera pirata. Por si acaso recogió rápidamente el tinglado que había montado y se ocultó entre las rocas.

El barco pirata atracó cerca de las rocas. Ahora Monty podía ver claramente la bandera pirata, en la que se mostraba una calavera con una gota roja debajo de una de las cavidades oculares. Monty estaba asustado, así que en la medida que pudo abandonó su escondite y volvió al pueblo.

Rápidamente, Monty regresó a su casa y buscó a Amain, pero no lograba encontrarlo. Volvió al exterior y examinó el campo en busca de su padre, finalmente logró encontrarlo descansando debajo de un árbol frutal. Monty se dirigió a Amain:

- "¡Amain!¡Amain!¡Hay piratas en las rocas!"

El hombre abandonó su descanso y se puso en pie, sus rasgos faciales se habían endurecido.

- "Sé que si te digo que te quedes en casa no me harás caso, así que ven conmigo." - le dijo Amain a Monty.

Los dos se dirigieron a las rocas donde momentos antes había estado Monty pescando. Amain confirmó con sus ojos lo que el chico le había contado, un barco pirata estaba ancorado en la costa rocosa, pero además ahora había desembarcado gente. Amain y Monty se acercaron tanto como les fue posible intentado mantenerse ocultos entre las rocas.

Se encontraban a poca distancia y eso les permitió seguir su conversación:

- "... estos esclavos. Primero nos abasteceremos de comida y bebida, y después secuestraremos a los que estén en edad de ser esclavos o menores." - dijo uno de los hombres.
- "Está bien, Rynaust, pero déjame secuestrar a mí a todas las chicas que sean más bonitas que yo, así aprenderán quién manda" - dijo la única chica del grupo
- "¿Podremos eliminar al resto?" - preguntó un tipo bastante ancho y con cara de tener pocas luces.
- "Según cuantos sean, Togus, según cuantos sean" - dijo el hombre llamado Rynaust.
- "A ver si baja ya el Capitán Radver, que esto de esperar no me gusta" - dijo otro de los hombres.
- "El Capitán bajará cuando quiera, Faran, que para eso es él el que está al mando" - dijo la chica.

Por el tamaño del barco, y visto que se trataba de piratas esclavistas, era muy probable que esa fuera gran parte de la tripulación. Este tipo de piratas solían ser pocos pero bastante fuertes para poder secuestrar grandes grupos de personas, meterlos en el barco y venderlos por encargo o subastarlos en determinados sitios. De momento sabían el nombre del que parecía el segundo de a bordo, Rynaust, y dos de los peones, Togus y Faran. También habían averiguado el nombre del capitán, Radver. Amain propuso a Monty ir a buscar a Kaitrigan y Rayg, pues el alcalde y el policía serían los que más interés tendrían en conocer los planes de los piratas recién llegados.

Monty llegó a la casa del alcalde pero no parecía que estuviera en casa. Lo mismo sucedió con Amain y Rayg. De pronto Monty tuvo la intuición de ir a buscar a la taberna de Nyb, no sabía por qué pero algo en su interior se lo decía. En la calle se encontró con Amain al que le explicó su presentimiento, y ambos se apresuraron hacia su objetivo.

Con un fuerte golpe Amain y Monty abrieron las puertas de entrada, causando la sorpresa de todos los presentes, entre los que se encontraban la misma Nyb, el alcalde Kaitrigan y Rayg. Tanto como su aliento les permitía contaron lo que habían visto a Kaitrigan y Rayg. De forma rápida Monty, Amain, Kaitrigan, Rayg y Nyb formaron un grupo de reconocimiento/asalto y, rápidamente, se encaminaron a su lugar de destino.

En el lugar donde estaba el barco ahora había más gente, entre los que se incluían cinco personas encadenadas, que resultaba obvio que se trataba de los esclavos. También había bajado el capitán, Radver.

Radver se veía un hombre fuerte y poderoso. A su espalda llevaba una gran espada en forma de cruz, y sus ojos tenían algo raro en ellos, como si no fuesen humanos.

Con una patada que no venía al caso, uno de los hombres de Radver que ni Amain ni Monty habían visto antes ordenó a los esclavos que volviesen al barco, lo que causó que la sangre de los del grupo de Surebia ardiese de rabia, pero no tenían más remedio que contenerse. Como no tenían más remedio, el grupo formado por dos mujeres y tres hombres caminaron por la pasarela que conectaba el barco con tierra firme, el resto de la tripulación los siguió.

Nyb propuso entrar a rescatar a los esclavos, y en un principio Kaitrigan se opuso, alegando que morirían si los piratas los descubrían. Rayg le dijo que no hacer nada lo convertía en un cómplice de los piratas, pues ya había visto cómo los trataban. Amain y Monty también estaban a favor del rescate. Nyb de alguna manera recordaba que en barcos de ese tipo solía haber conductos escondidos, así que podrían aprovecharlos para evitar ser detectados; óbviamente el resto no tenía nada que objetar.

Monty fue a buscar la caña de pescar que todavía estaba donde la había dejado. El resto paseaba a hurtadillas cerca del barco en busca de los conductos de los que hablaba Nyb.

Cerca del mascarón en la parte inferior sí que parecía que había una especie de agujero, pero visto desde donde estaban no parecía que fuese demasiado grande. Con la caña de Monty Nyb apunto al mascarón y lanzó el hilo; el gancho hizo contacto con el barco y Nyb tiró de la caña para comprobar si había quedado bien sujeto. Hecha la comprobación dejó la caña en el suelo y los hombres trajeron varias rocas para sujetarla. La primera en pasar fue Nyb ya que era la que parecía tener más idea de lo que tenían que hacer. Se agarró a la cuerda y pasó de las rocas hasta el mascarón, donde se agarró. Se deslizó poco a poco hasta que llegó al pequeño conducto y entró esperando al siguiente, que fue Kaitrigan, a desgana suya. El alcalde parecía viejo pero no lo era, y también era más atlético de lo que parecía. El siguiente fue Rayg, después Amain y finalmente Monty que era el que menos pesaba. El conducto era muy estrecho y tenían que pasar estirados, arrastrándose.

Nyb, a la cabeza del grupo, miraba a través de las rejillas en busca de las personas encadenadas. El sistema de conductos parecía un laberinto, pero en realidad no era tan lioso, estaba el conducto central y de él conectaban ramificaciones que daban con las diferentes estancias del barco. Al llegar a la primera ramificación de conductos Nyb propuso separarse, porque de esta manera cubrían más terreno más rápidamente. Nyb tomó la derecha, Rayg la izquierda y el resto siguieron recto hasta la siguiente serie de ramificaciones. Allí se separaron Amain y Kaitrigan, Monty siguió recto.

Nyb recorrió su parte de conducto mirando las rejillas pero no encontró nada, Rayg hizo lo propio y tampoco había rastro de los esclavos. Se encontraron en el conducto dentral y siguieron buscando. Amain encontró la sala donde estaban los prisioneros, dio media vuelta y en el conducto central marcó con un cuchillo el conducto con una cruz, seguidamente fue a buscar al resto.

Monty por su parte tuvo la mala suerte de caer del conducto por el que gateaba pues la madera en esa parte estaba en mal estado. Por suerte no parecía que ninguno de los piratas se hubiese percatado de ello. Rápidamente se escondió y buscó la manera de volver a subir.

Amain logró reunir a Nyb, Rayg y Kaitrigan, pero no a Monty y vio el porqué en un tremendo agujero, pero de momento prefirió ir a por los esclavos. Amain hacía presión con los pies para intentar mover la rejilla de su sitio, lo que había causado el ruido necesario para llamar la atención de los prisioneros, que estaban mirando arriba para ver de qué se trataba.

Finalmente Amain dio una coz y la rejilla saltó por los aires, con un sonido metálico que sería extraño que no hubiese llamado la atención de los piratas. El primero en bajar fue Amain con la ayuda de Nyb, que rápidamente tomó la rejilla y la puso en la puerta a modo de tope. Se oyan pasos muy lejanos, debían darse prisa. Bajó Nyb con la ayuda de Rayg y finalmente bajó Rayg con la ayuda de Kaitrigan. Rayg y Amain sujetaron a Nyb que ayudó a uno de los hombres a subir. Kaitrigan lo sujetó y haciendo fuerza consiguió que entrara en el conducto. Después las dos mujeres subieron, pero fue mucho más rápido porque ya había dos personas para hacer fuerza en el conducto. Se oyeron pasos muy cercanos, alguien intentó abrir la puerta sin éxito y de repente la puerta tembló, pero resistió la primera embestida. Las dos mujeres se apartaron y Kaitrigan y el hombre siguieron subiendo prisioneros. La puerta tembló de nuevo, pero volvió a resistir el envite. Ya solo faltaban Amain y Rayg para subir, y no se ponían de acuerdo, finalmente Rayg logró convencer a Amain de que él era más ágil y que debía se el último. Rayg ayudó a Amain a levantarse y Amain dio un salto hacia el conducto, allí Kaitrigan y Nyb lo ayudaron a subir y de mientras Nyb indicó a los esclavos el camino que debían tomar. La siguiente embestida dejó la puerta medio colgando, un impacto más y la puerta quedaría en poco más que astillas.

Rayg era ágil, eso era cierto, pero no sabía cómo llegar tan alto. Se oyeron pasos corriendo hacia la sala. El impacto fue tremendo y la puerta se partió en dos. Frente a Rayg estaba el pirata Togus, el de la cara de pocas luces. Rayg aprovechó el factor sorpresa que Togus no esperaba encontrarse la sala casi vacía, pero Rayg sí que esperaba que alguien entrase en la sala para tomar velocidad y apoyarse en Togus para impulsarse alto. Amain y Kaitrigan cogieron la mano de Rayg y lo subieron al conducto ante la mirada de un todavía perplejo Togus. El resto de piratas entraron en la sala instantes después y el robusto pirata les señaló el techo con el dedo, maldeciéndose, Rynaust, Faran, la chica y el otro hombre corrieron por el barco intentando adivinar la localización del grupo que estaba huyendo.

Tuvieron la idea de separarse para cubrir más terreno. Uno de ellos pasó cerca de donde estaba oculto Monty, que se preguntaba qué estaba ocurriendo. El chico salió de su escondite y corrió hacia el corredor central, buscando la salida a la vez que un lugar donde ocultarse.

Nyb y su grupo estaban llegando a la salida, pero la chica se ofreció voluntaria para ir a buscar a Monty antes de salir, allí estaban más seguros que en tierra firme, y por supuesto que dentro del barco. Amain le dijo a Nyb que había visto un hueco en los conductos, así que fue lo primero que inspeccionó Nyb. Cuando estuvo segura de que no había nadie cerca de forma sigilosa descendió. Por su parte Monty había avanzado hasta uno de los extremos del barco y seguía oculto. La tripulación pirata vagaba por el barco buscando signos de los desaparecidos, inadvertidos de que Nyb y Monty estaban todavía dentro del barco.

Nyb alcanzó un escondite en el corredor central, y vio como Monty salía del suyo dirigiéndose hacia una puerta, que se abrió antes de que Monty la tocara. Por ella entró la chica y Faran, que vieron como Monty daba media vuelta y corría en sentido contrario a ellos. Nyb lo veía todo y cuando pasó Monty ella se unió a la carrera, la tabernera cogió del brazo a Monty y torció por un pasillo, que era el que correspondía a la sala de los esclavos, pero de allí salía Togus, que aún no sabía que sus compañeros estaban de persecución. Al verlos, Togus empezó a perseguirlos, pero Nyb y Monty dieron media vuelta y giraron en dirección opuesta a la que habían venido. Togus chocó contra Faran y la chica, y ellos dos fueron los que salieron más mal parados del impacto mientras Togus continuaba la persecución de Nyb y Monty.

Finalmente llegaron al otro extremo del barco y salieron al exterior. Allí vieron a varios grupúsculos de piratas que estaban patrullando la zona. Nyb llevó a Monty a uno de los botes y ambos subieron y se ocultaron. Uno de los grupúsculos pasó cerca suyo y Nyb son sigilo y destreza noqueó al que iba último y tomó su sable, volvió con Monty y cortó las cuerdas que mantenían el bote en el barco. El bote descendió rápidamente e impactó contra el agua. Nyb le explicó rápidamente a Monty como remar y le indicó por donde tenían que pasar.

Al llegar a la costa Nyb ayudó al grupo que estaba en el conducto a llegar a tierra firme, y de pronto Monty gritó:

- "¡Voy a despistar a los piratas!" - mientras se alejaba remando.

Amain y Nyb le hicieron gestos para que volviese, pero era demasiado tarde, Monty ya había tomado su decisión. Remó hacia el barco de nuevo y vociferó:

- "!Capitán Radver¡¡Estoy aquí, a ver si me pillas!"

Rynaust y el Capitán Radver se asomaron y vieron como el chico les hacía gestos obscenos. El capitán tomó su espada y blandiéndola lanzó una onda de choque contra el bote, pero falló, el Capitán Radver gritó:

- "¡Levad anclas!¡Perseguiremos al chico aunque sea lo último que haga!¡Como soy Radver "el Sanguinario", descendiente de Mihawk "ojos de halcón"!"

Los tripulantes volvieron a sus puestos. El ancla fue recogida y las velas desplegadas, Radver ordenó a Rynaust que tomara el timón y con celeridad llegó a la otra punta del barco, donde con su espada lanzaba ondas de choque por doquier, esperando que alguna de ellas alcanzara el bote, o el chico. Monty remaba tan rápido como podía, y cada vez le costaba más esquivar las ondas que provenían del barco.

De repente cerca suyo se empezó a formar un remolino. El remolino fue haciéndose cada vez más grande, tanto que incluso podría haber succionado una isla pequeña. La fuerza del agua arremolinándose fue atrayendo el bote de Monty que veía que por mucho que remase no podría salir. El barco de Radver también fue succionado por el remolino. Monty estaba asustado pero tampoco sabía qué hacer y no se podía esconder en ninguna parte. Radver, en cambio, sí que había oído hablar de este fenómeno, el Corriente Knock-Up, una de las pocas maneras de llegar a la Isla del Cielo, Skypiea.

Casi habiendo alcanzado el centro del remolino el bote de Monty, el remolino cesó su movimiento. De repente una fuerte corriente de agua elevó la diminuta embarcación a lo alto del cielo mientras el barco de Radver era volcado al agua. La tripulación se agarró fuertemente a los trozos de madera que flotaban y nadaban alejándose de chorro de agua. Radver se maldijo y juró que un día encontraría al chico y le haría pagar todo lo que le había causado.

El bote seguía siendo empujado por la fuerza del enorme chorro, y Monty perdió el conocimiento. Se elevaba cada vez más hasta que el Corriente Knock-Up paró, pero la embarcación seguía subiendo, incluso por encima de las nubes, donde el cielo siempre es azul. Así empezó la aventura de Solbion D. Montenegro, Monty. Mal.

2 quejas:

Muramasa dijo...

Me ha quedado un poco largo, supongo que los siguientes capítulos serán algo más cortos, pero quería llegar a este punto como fuese.

scaramanga dijo...

Al meu germà li agradarà, crec. Ell és el Onepiecero a casa.