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Hiatus veraniego

domingo, 22 de julio de 2012 2 quejas

En vistas de que se acerca el Agosto y de que la ya de por sí poca actividad del blog es una sombra de lo que era, yo, como blogmaster declaro hiatus por lo que queda de Julio y todo Agosto, a la espera de que este descanso beneficie tanto a mi persona como a todos vosotros.

¡Nos vemos en Septiembre!


{Adivina y Gana} - 11

viernes, 13 de julio de 2012 2 quejas

Prueba 11





Clasificación (a falta de recuento)

- Roxcurt (3)
- guillermo (4)
- Anónimo (1/2) - adivinó el personaje pero no la serie

Crónicas de Ivalice: Historia de una condena - IV

martes, 10 de julio de 2012 0 quejas

Capítulo Cuarto: Noche de lobos

El sol caía lentamente, dejando paso a un anaranjado cielo que poco a poco iba oscureciendo. Las hierbas lunares de la floresta empezaban a iluminarse ténuemente, más de una vez pensó Gides en ir a los arbustos y tomar las hierbas sin esperar que fuera de noche, pero Lothost les había dejado claro que si no se recogían de noche, las flores se marchitaban en seguida, y sin flores no había recompensa.

Finalmente las flores estaban completamente abiertas e iluminadas. Ilwulf se lanzó rápidamente a por las hierbas usando su cuchillo para cortar. Se apartó de los arbustos justo a tiempo para evitar un zarpazo de un licántropo. En un instante la floresta se había llenado de licántropos.

Ilwulf corrió hasta Gides y dejó las pocas hierbas que había podido recoger dentro de uno de los diez sacos. Lo primero sería acabar con los lobos humanoides.

Gides desenvainó su espada y tomó su escudo. Ilwulf ya estaba preparado con el cuchillo en la mano.

El licántropo más cercano a ellos se aproximó para atacarles con un zarpazo, pero Gides usó su escudo para evitarlo. El impacto llevaba tanta fuerza que Gides tuvo que retroceder de un salto para no caer al suelo. El resto de licántropos adoptaron una posición defensiva. Gides, que se estaba cubriendo con el escudo, tomó esta vez la iniciativa en la ofensiva con su espada ancha. La bestia recibió varios cortes, pero muy superficiales, pero sobre todo estaba enfureciéndose.

Ilwulf hizo de señuelo en la siguiente ofensiva del licántropo mientras Gides se recuperaba. Ilwulf era perseguido, pero por el momento era más rápido, el licántropo no lograba darle caza. Gides recuperó el aliento e hizo una señal a Ilwulf, que con gestos intentó hacer llegarle su próxima estrategia.

Ilwulf corrió hacia Gides que se agachó sosteniendo el escudo en su espalda. Ilwulf esprintó, dejando al licántropo atrás y se colocó encima del escudo de Gides.

El licántropo se acercaba peligrosamente. De repente Gides se levantó lanzando por los aires a Ilwulf que en el aire tomó su daga y se dejó caer; Gides, de mientras, atacaba al hombre lobo, que no sabía si mirar a Gides o Ilwulf. Optó por centrarse en el soldado que realizó una estocada, que de no ser por los reflejos del licántropo, hubiera perforado su estómago, pero su espada estaba anclada entre los brazos de la bestia.

Del cielo cayó Ilwulf, que atravesó el cráneo del licántropo con su daga, en lo que resultó un golpe crítico. Ilwulf arrancó la daga de la cabeza del hombre lobo y se bajó de los hombros de la bestia.

El siguiente licántropo se lanzó al ataque mientras los demás seguían en posición defensiva. Esta vez le tocó a Ilwulf ser el blanco de las embestidas, sin embargo lo que tenían de potentes pecaban de rápidas, sumado a la agilidad de Ilwulf las esquivó con bastante facilidad.

Aprovechando la guardia baja, Gides intentó placar al licántropo por detrás, escudo mediante, con todas sus fuerzas. Aunque no consiguió lanzarlo al suelo en primera instancia, sí que pudo hacer que se tropezara con sus propias piernas. Una vez en el suelo Ilwulf y él lo debilitaron rápidamente.

Llegó el turno del tercer licántropo.

Éste fue más cauteloso que los anteriores, pues ya había presenciado como dos de su especie habían caído a manos de esos humanos. Gides e Ilwulf se sentían poderosos, pero sin bajar la guardia, que por lo menos quedaban unos cinco o seis enemigos más. No se movía, y los miraba atento a cualquier movimiento que intentaran realizar.

No quedaba otra que lanzarse al ataque cada uno por un lado y desear que no fuera capaz de pararlos a ambos a la vez. El licántropo siguió con la vista a ambos hasta que se separaron y siguió con la mirada a Ilwulf que era algo más rápido. Su atención se centraba en el ladrón y había dejado al soldado de lado, y le costó caro cuando Gides lo atravesó por la espalda con su espada.

El resto de licántropos, viendo que tenían pocas posibilidades de sobrevivir, y menos de ganar, decidieron retirarse. Ahora Ilwulf y Gides tenían vía libre para coger tanta hierba lunar como pudieran antes de que amaneciera.

La hierba estaba muy repartida por el terreno, pero llenaban los sacos a buen ritmo.

El último saco les costó bastante de llenar, y ya estaba amaneciendo. No obstante consiguieron sellarlo antes de que saliera el sol. Ya estaban listos para volver ante Lothost y cobrar la recompensa.

Con los primeros rayos de sol, desde la cornisa donde horas antes se había aposentado Ilwulf, una silueta acechaba. Gides e Ilwulf, ajenos a esos nimios detalles se maldecían por no haber traído un carro. Diez sacos eran muchos para ser llevados por dos personas, no por peso, pues eran difíciles de agarrar y llevar.

La silueta descendió, y se aproximó a Ilwulf y Gides.

-"Ahora me vais a dar toda esta hierba lunar..." - dijo el personaje desconocido
-"Lo bien que nos iría un carro ahora" - dijo Ilwulf
-"Para la próxima ya lo sabemos" - contestó Gides

El personaje iba vestido a modo de ladrón, pero parecía que ni Gides ni Ilwulf lo habían oído hablar.

-"Perdonad, pero ahora estos sacos me pertenecen" - dijo el ladrón

Ellos seguían discutiendo.

-"¿Me habéis oído? ¡Ahora todos estos sacos son míos!" - gritó

Ahora sí que parecía que la pareja se había percatado de que alguien estaba junto a ellos.

-"¿Decías?" - preguntó Gides
-"¡Os las veréis conmigo y mi banda!¡Ignorarme a mí!" - dijo el recién llegado
-"¿Y tú quién eres?" - soltó Ilwulf de forma despectiva, como si en realidad no le importase un pimiento.
- "Yo... Soy el ladrón Dougan" - dijo Dougan

Pocket Tales of the Braves - Capítulo 13

viernes, 6 de julio de 2012 0 quejas

Capítulo 13: Malvada alada

Continente de Johto
Ruta 31


Ryuuna pasó cerca de la Cueva Oscura, lugar de unión entre Ciudad Malva, Ciudad Endrino y Pueblo Primavera mediante un entramado de lóbregas galerías y riachuelos subterráneos, no obstante ningún pokémon de Ryuuna conocía el arte del surfeo ni la habilidad de iluminar las tinieblas más oscuras, ni siquiera la capacidad de llaver su fuerza bruta al límite, y por tanto la mejor de las decisiones era no entrar.

Desde el camino podía ver la urbe, no era tan grande como se la había imaginado. Cerca de la entrada había un estanque y un señor en botas de agua y mono de trabajo buscaba algo. Ryuuna sintió curiosidad y le preguntó que qué hacía, y el hombre le respondió que buscaba Poliwag. Ryuuna se encogió de hombros, le deseó suerte y prosiguió su camino.

Finalmente Ryuuna llegó a Ciudad Malva.

Un cartel en la entrada le daba la razón. El cartel rezaba:"Ciudad Malva ~ "La ciudad de aromas nostálgicos"" y echando un vistazo al escenario, las casas desprendían un toque antiguo, como si llevasen ahí desde el inicio de los tiempos, cosa nada improbable, aunque tal vez exagerada. A pesar de tratarse de una ciudad destacaba el hecho de estar rodeada de árboles y una magnífica torre hacía de vigilante, una torre que parecía moverse con la suave brisa.

Ryuuna entró, primero de todo, en el Centro Pokémon, donde la enfermera Joy de Ciudad Malva y su equipo de Chansey pusieron a punto a Dratini y Larvitar. De mientras ella aprovechó para descansar tumbada en un sofá de la sala de espera. La enfermera le informó de que tanto Dratini como Larvitar estaban lozanos y listos para entrar en acción.

Ryuuna salió del Centro Pokémon con la convicción de que podría derrotar a Pegaso, se había entrenado para ello y había aprendido de sus anteriores derrotas. Tras dar un par de vueltas por Ciudad Malva al final encontró el gimnasio, con todos los carteles que anunciaban la Liga Pokémon, el mayor evento para entrenadores pokémon y cuya victoria estaba al alcance de muy pocos, aunque un tal Rojo llevaba varias ediciones pasando la mano por la cara a todo el mundo.

A las puertas del gimnasio dos columnas acreditaban ese sitio como sitio de interés para la ruta hacia la Liga Pokémon. Y una parte del exterior, como el resto de la ciudad, tenía un aire antiguo muy a juego con el resto de edificios.

Ryuuna accedió al interior. La pista central estaba ocupada por un Pidgeotto y un Onix. Ryuuna pensó que el Onix tenía las de ganar, pues el tipo Roca era muy eficaz contra el tipo Volador y justo al contrario, el Volador era ineficiente contra el tipo Roca.

El combate parecía llevar un rato y daba la sensación de que era el último pokémon por parte de ambos entrenadores, uno era un montañero, pues vestía similar al montañero que venció a Ryuuna, aunque no era él, y el chico debía ser Pegaso. ¡Era más mono de lo que se había imaginado Ryuuna! Parecía bastante joven para ser Líder de Gimnasio, pensó. El Onix usó Lanza Rocas, pero falló, ¿casualidad? seguidamente, Pegaso ordenó al Pidgeotto usar Bofetón Lodo, y el pokémon, que estaba en el aire, descendió y lanzó lodo con mucha arena hacia el Onix, que perdió visibilidad, y por tanto, precisión.

El montañero volvió a insistir con el Lanza Rocas, y el Onix lanzó coletazos, pero como no veía bien al Pidgeotto, fallaba sus movimientos, pero uno de ellos pilló por sorpresa al pokémon pájaro y del golpe volvió a descender. Pegaso rápidamente ordenó un Bofetón Lodo y con eso el Onix se debilitó. El montañero devolvió a su Onix a la pokéball y se dio la mano deportivamente con Pegaso. El montañero abandonó el gimnasio aunque Ryuuna no se dio cuenta, estaba absorta consultando la PokéDex, en la entrada de Pidegeotto. Pegaso se dirigió a ella, pero estaba absente.

Finalmente el chico se acercó a Ryuuna y le preguntó si había venido a retarle. Ella se sonrojó y asintió con la cabeza. Él le dijo que si esperaba un momento le atendía, pues tenía que ir primero al Centro Pokémon, y Ryuuna esperó consultando la PokéDex... ¿Cuáles debían ser los otros pokémon de Pegaso?

Mientras Ryuuna pensaba en ello, Pegaso volvió al gimnasio. Hizo un gesto para que la aspirante se colocara en su puesto y se dirigió al puesto del Líder.

El primer pokémon de Ryuuna fue Larvitar y el primero de Pegaso fue un Pidgey. Y lo primero que hizo el pokémon pajarito fue un Bofetón Lodo que cegó al Larvitar, que usó Tormenta Arena. El Pidgey siguió atacando con Bofetón Lodo hasta que el Larvitar apenas podía ver, la Tormenta de Arena había ido debilitando al Pidgey, pero no fue suficiente y el Larvitar abandonó el combate.

El Dratini lo tuvo fácil, pues ya estaba medio debilitado el Pidgey y con un Ciclón se debilitó. Era turno del Pidgeotto, que salió de su pokéball con aspecto imperial.

El combate empezó con un duelo entre el Ciclón y el Tornado, que terminó empatado. El Pidgeotto se alzó de nuevo y desde el aire lanzó un tremendo Placaje, y el Dratini contrarrestó con un Onda Trueno que paralizó al Pidgeotto. Ahora que el Dratini tenía a merced a su oponente, se acercó para someterlo con su Atadura, pero el Pidgeotto fue listo y lanzó un Bofetón Lodo cuando el pequeño dragón estaba con la guardia baja.

De nuevo el Dratini se acercó al Pidgeotto, pero esta vez usó Malicioso, el Pidgeotto no pudo contraatacarle esta vez, pero a la siguiente, de nuevo falló la Atadura el Dratini y el Pidgeotto usó Placaje contra él. El Dratini lanzó un Ciclón que envió por los aires al Pidgeotto, pero a causa de los Bofetones Lodo recibidos no vio como el Pidgeotto le caía encima, con la mala suerte que resultó ser un golpe crítico. De nuevo Ryuuna se había quedado sin pokémon para luchar.

No estaba triste, y tampoco quería llorar, pues delante de ella estaba un chico guapo y hubiese quedado como una llorona. Simplemente su contrincante había resultado mejor y además había tenido la suerte del campeón. Amablemente se dieron la mano, pero Pegaso le susurró al oído las siguientes palabras "Torre Bellsprout".

Ryuuna al principio no entendió, pero al salir del gimnasio, ante la vista de la torre que se movía con el viento, entendió lo que Pegaso había querido decir.


Mochila:
- Pokéball x5
- Baya Aranja x6
- Saco de dormir
- Zapatos
- Baya Atania x2
- Baya Zreza x2
- Baya Safre x2

Equipo:
- Dratini (Mudar) MV: Atadura - Malicioso - Onda Trueno - Ciclón
- Larvitar (Agallas) MV: Mordisco - Malicioso - Torm. Arena - Chirrido
- Huevo Misterioso

{Adivina y Gana} - 10

miércoles, 4 de julio de 2012 0 quejas

Prueba 10





Clasificación (a falta de recuento)

- Roxcurt (3)
- guillermo (4)
- Anónimo (1/2) - adivinó el personaje pero no la serie

Vacaciones de verano para tí, vacaciones de verano para mí

domingo, 1 de julio de 2012 0 quejas

En vistas de que en un par de días me voy de vacaciones, dejaré unas cuantas entradas programadas para que se vayan publicando en mi ausencia. Por ejemplo tengo preparados un par de "Adivina y gana", un capítulo de Pocket Tales of the Braves y otro de Crónicas de Ivalice.

Durante el día de hoy intentaré hacer un capítulo de Relatos de la Grand Line y uno de World of Trollcraft, por lo menos si no los programo ya tendré recámara para cuando vuelva.