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Crónicas de Ivalice: Historia de una condena - XIV

lunes, 17 de junio de 2013

Capítulo Decimocuarto: Rescate en la Morada

Mapa de Yutolandia

Región de Grass, Roahl

"Eso debe ser la Morada de las Sombras," comentó Chalsye. A medida que se acercaban a la posición, la zona circundante se iba oscureciendo, y a pesar de todo no dejaba de ser un bosque corriente y moliente, a priori.

"Dicen que hay fantasmas merodeando por la zona," añadió Gides.

"No me asustes," dijo Ermine preocupada.

"Sí, fantasmas que no se ven, pero que en cuanto te giras te hacen desaparecer una bolsa llena de guiles," puntualizó Ilwulf. "Son los maleantes que se esconden aquí los mismos que propagan los rumores para que la gente no se acerque."

Estaban entrando en la Morada de las Sombras. Era un lugar muy poco acogedor, con una iluminación pésima, lleno de árboles y por ende, de raíces. Húmedo debido a la proximidad con el mar, más que al hecho de que el cauce de algún río cruzara la zona.

"Tengo la sensación de que nos están espiando," dijo Chalsye.

Lejos de ahí tres personajes misteriosos observaban los pasos de los recién llegados.

"Je je je, los vamos a desplumar mientras los amenazamos con hacer daño a nuestros rehenes," dijo un Seeq con atuendos de Vikingo. A su lado estaban maniatados y amordazados un Paladín, un Gladiador y una Arpía, vigilados de cerca por un Ninja.

"Elfer, mándales una sorpresita del bosque," dijo el Seeq.

Un Nu Mou con pintas de Adiestrador de bestias controlaba los dos Arimanes que habían usado para espiar a los invasores.

"A sus órdenes, Thorvan," dijo Elfer. Acto seguido llamó a un Fantasma.

"¿Estás seguro que no hay fantasmas aquí?" le preguntó Ermine a Ilwulf. Habían oído algunos ruidos y estaban en alerta, aunque Ermine seguía preocupada por los fantasmas.

Un Fantasma se les apareció delante de las narices.

"¡Ah!¡Un fantasma!" gritó Ermine.

"¿Dónde? Yo no he visto nada," dijo Chalsye. El Fantasma había desaparecido tan rápido como había hecho acto de aparición y dio la casualidad de que únicamente Ermine lo había visto.

El Fantasma reapareció detrás del grupo y usó un hechizo de Oscuridad. Una nube oscura rodeó al grupo momentáneamente.

"Sin duda," empezó Ilwulf, "este hechizo es cosa de fantasmas," admitió.

"Je je je," se rió Thorvan. "Qué inocentes, creen que en la Morada de las Sombras hay fantasmas..." dijo al mismo tiempo que observaba la escena a través del Arimán.

"¡Qué cuchicheáis vosotros!" espetó el Ninja al grupo de rehenes.

"¿Qué ocurre, Madulf?" preguntó Thorvan.

"Parece que nuestros huéspedes quieren huir," dijo Madulf, el Ninja.

"¿Qué pasa, que no somos hospitalarios?" preguntó Thorvan retóricamente. "Por cierto, ¿dónde está Celyf? Hace rato que no la veo."

"Es una Cazadora, debe estar cazando," dijo Elfer.

"Espero que no nos desbarate los planes, ese Gría nunca me ha gustado," dijo Thorvan.

"¿Qué Gría?" preguntó una voz femenina. Poco femenina pero femenina al fin y al cabo.

"Así que estabas ahí..." dijo Thorvan con preocupación muy mal camuflada de indiferencia.

"No nos peleemos entre nosotros," intentó poner calma en el asunto Elfer. "Y no me desconcentréis, o perderé el control de mis bestias."

"He ido a dar un garbeo por ahí, hay un grupo de aventureros que han entrado hace poco, los he estado espiando," dijo Celyf.

"Nosotros también los hemos estado espiando," dijo Thorvan. "Ahora mismo Elfer les ha preparado una trampa con un Fantasma."

*SMACK* *GROO*

El Fantasma daba señas de debilidad.

"Me parece que estamos a punto de cargárnoslo," dijo Gides.

El Fantasma llamó a otro Fantasma. En ese momento Ilwulf le dio el golpe definitivo.

"¡Uno menos!" gritó Ilwulf con energía.

"Ahora vayamos a por el otro," dijo Ermine.

"¿Ya se te ha pasado el miedo?" le preguntó Chalsye. "Hace poco rato estabas temblando como un flan ante el pensamiento de que en la Morada de las Sombras había fantasmas."

Ermine se sonrojó.

"¡Ayyy! No pensaba que pudiera atravesar los fantasmas con mi estoque..." admitió Ermine. "Es una sensación diferente."

El otro Fantasma llamó a otro Fantasma, también cuando parecía estar en las últimas.

"¡Argh! Le hemos dado demasiado tiempo..." se lamentó Ilwulf.

El segundo Fantasma se desvaneció. Ahora tocaba centrarse en el tercer Fantasma.

"Ahí está ocurriendo algo muy raro," dijo Ermine.

En la zona donde habían terminado con el primer Fantasma se formó de la nada una nubareda oscura y el Fantasma volvió a tomar forma.

"Parece que no habíamos acabado con él definitivamente..." dijo Gides, preocupado en cierta manera.

"¡JE JE JE! Acaban de descubrir el secreto de la inmortalidad de los no-muertos," Thorvan estaba animado y de buen humor observando cómo sufría su presa, como ratón acorralado por un gato.

*FFFffsshh*

"¡Mmhhph!" se quejó la Gría maniatada.

El Gladiador había quemado su mordaza en un intento de liberar a la Gría Arpía quemando las cuerdas que sostenían sus manos. Habían urdido el plan tan silenciosamente como habían sido capaces, y se habían llevado varios sustos cuando el Ninja parecía haberse percatado en distintas ocasiones. La Gría se levantó y deshizo el nudo que sujetaba sus alas.

*FLAP* *FLAP*

Se alzó y salió disparada hacia ninguna parte. Thorvan fue el primero de su grupo en ser consciente de la situación.

"¡Eh!¡Que la Gría está huyendo¡¡Será zorra!¡Tras ella!" gritó el Seeq.

Celyf y Madulf empezaron la persecución.

*FLAP* *FLAP*

"¡Madulf!" gritó Thorvan. "¡Alguien se tiene que quedar vigilando a les presos!¡Si es que tengo que estar por todo!"

Celyf levitó rápidamente en busca de la Arpía. Madulf se detuvo tan pronto como oyó el gritó de Thorvan y volvió a su posición. Esta vez fue precavido y amordazó al gladiador con cuerda en vez de hacerlo con un trozo de tela, como había hecho antes.

"¡Maldito Bangaa!" le espetó Madulf.

*POF* *PAT*

El Ninja redució al Gladiador a base de pisotones y zapatazos mientras iba maldiciéndolo. El Bangaa no notaba apenas los golpes debido a su gruesa piel, pero tampoco se lo hizo saber a su vigilante.

"Espero que hayas aprendido la lección," le dijo Madulf.

Los Fantasmas se habían multiplicado y cuando conseguían eliminar uno, otro volvía del más allá. Gides había propuesto la retirada, y al principio el resto del grupo se lo había echado en cara, claro que cuando eran dos fantasmas por cada luchador se lo pensaron de nuevo y se adentraron en el bosque. Algunos Fantasmas los habían seguido, otros se habían quedado en el claro.

"Arf, arf, ¿nos persiguen?" preguntó Gides. Al llevar una armadura era el que más sufría en la larga distancia y el que más lento iba.

"Creo que no," dijo Chalsye.

"No quiero ni pensar en cómo deben sufrir los que llevan la Armadura de Oro," dijo Gides. "Mejor alejémonos un poco más."

"¡Te encontraré!" gritó Celyf. "¡Conozco este bosque mucho mejor que tú!"

La Arpía le llevaba una cierta ventaja a Celyf, ahora ya se había quitado la mordaza pero era más sabio no caer en sus provocaciones para no desvelar su posición.

"¡Que soy Cazadora! Puedo rastrearte con facilidad," dijo Celyf.

*FSsss*

Una flecha pasó rozando la Arpía, que no detuvo ni un ápice su marcha. Había sido casualidad. Seguro.

*FSSss*

La Arpía hizo una pirueta para esquivar una segunda flecha. Una flecha tan bien dirigida no era casualidad.

"¡Ya te tengo!" exclamó Celyf. "Donde pongo el ojo..."

*FSSSS*

Era inevitable el proyectil. Tanto por su fuerza como por su trayectoria.

"A la tercera va la vencida, dicen," dijo Celyf ufana.

*CLONK*

La flecha chocó contra la Arpía como si hubiese chocado acero contra acero, momento de sorpresa que aprovechó para volver a huir. 'Menos mal que he podido usar la Superdefensa' pensó la Gría, 'el inconveniente es que para usar esta técnica tengo que detener mi movimiento por completo. Y creo que no volverá a funcionar una segunda vez.'

*FLAP* *FLAP*

Celyf se había quedado parada viendo como su tiro era repelido a la vez que su presa se escapaba totalmente indemne. Una chispa de ira se encendió en su interior.

*FLAP* *FLAP*

"¡No escaparás!" gritó Celyf.

La Cazadora volvió a preparar su arco, pero esta vez no disparó ninguna flecha. Disparó aire, que al chocar causó un Retumbo.

*BOUM*

*BOUM* *BOUM*

"¿Qué es ese ruido?" preguntó Ermine.

"Oigo el batir de unas alas," dijo Chalsye. "Pero estos retumbos atronadores no me dejan discernir cuántas alas son, pero mi intuición me dice que son dos o tres pares."

"¿Qué estará pasando?" dijo Gides.

Celyf volvió a las flechas.

*fssss*

*Fssss*

"¡Cuidado!" exclamó Chalsye. Saltó hacia Gides para apartarlo de una flecha.

"¿Nos atacan?" preguntó Gides. Chalsye era bastante ligera, a pesar de estar encima del Soldado apenas notaba su peso.

"Una flecha, debe tratarse de Arqueros o Cazadores," dijo Chalsye incorporándose.

Una Gría hizo acto de presencia, parecía desconcertada.

"¿Refuerzos?" exclamó asustada la Arpía. "¿Suyos o nuestros? No me puedo arriesgar."

Gides reaccionó cuando la Arpía se alzó.

*FLAP*

"¿Conoces a Gwaerh?" le preguntó Gides.

*FSSSS*

Una flecha pasó rozando la Arpía, que se mantuvo a flote un instante. Seguidamente tocó suelo.

"No es un buen momento para presentaciones," sentenció la Gría.

Celyf apareció unos momentos después. Parecía sorprendida de ver a tante gente.

"Esto qué es... ¿una reunión familiar?" dijo la Cazadora y dio una pirueta en el aire para dar media vuelta y se internó de nuevo en el bosque. No era tan tonta como para enfrentarse a cinco personas, cuatro de ellas armadas, ella sola. Y además debía avisar a sus compañeros.

"¡A por ella!¡Sigámosla!" gritó Ilwulf. Él y las dos Vieras se desplazaban a largas zancadas, la Gría alzó el vuelo y el pobre Gides tuvo que volver a correr.

Era complicado desplazarse por el suelo con tantas raíces, Ermine y Chalsye, que eran mucho más ágiles, saltaron hasta las ramas y continuaron su persecución desde las alturas. Era obvio que la Cazadora sabía por dónde iba, pues fácilmente estaban perdiendo su pista.

"¡Thorvan!¡Thorvan!" gritó Celyf.

2 quejas:

Kururin dijo...

Qué de tiempos cuando me pasé el de GBA y el port de la PSP. Ahora estoy con el Vagrant Story que es de la misma gente, no se ambienta en Ivalice pero es casi igual.

Muramasa dijo...

¡Qué de tiempos, digo yo! La última vez que te vi fue en el blog de scaramanga.