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World of Trollcraft: [Capítulo trigesimoquinto: Dragon Age: Trolligins]

lunes, 2 de junio de 2014

Capítulo 35

Dragon Age: Trolligins


"Esto es la Espesura de Korcari," les dijo la chica. Les explicó que los había encontrado inconscientes cerca de la choza de Flemeth, que era su madre, y que iba a dejarlos ahí, pero tuvo un ramalazo en el último segundo y decidió llevarlos de vuelta. Habían pasado dos días en estado de inconsciencia, y ella iba a intentar despertarlos, pero a instancias de Flemeth desistió. Despertaron al tercer día, y accedieron amablemente a una sesión de preguntas y respuestas.

"Yo provengo de un lugar llamado Pueblo Paleto," le dijo el héroe, "... perdona, ¿cómo has dicho que te llamabas?"

World of Trollcraft Cover - Chapter 35

"Morrigan," era una chica de apariencia joven, de cabellos oscuros y penetrantes ojos de color amarillo, piel pálida, posiblemente al hecho de vivir en una espesura. Los labios pintados de tonos violetas le daban un aire de madurez que se acentuaba con el tono de su voz, seco y algo severo. Varios amuletos y collares colgaban de su cuello.

No habían pasado desapercibidos para el héroe los turgentes pechos de Morrigan, abrazados por una especie de jersey de color granatoso.

"Eh, ah, sí, eso, Morrigan," le explicó que en otro universo existía una cosa llamada electricidad, y que los metales se trabajaban con otras máquinas, y parecía que entendió el concepto de tren, lo que les facilitó la narración de que al pasar un túnel, desaparecieron misteriosamente, y acabaron en la Espesura de Korcari. Era como muy obvio que Morrigan no tendría ni idea de cómo regresar, ya no sólo porque el concepto de 'viaje interuniversal' parecía cuasi ridículo dicho por ella pues esta saga no tendría sentido si pudieran regresar tan fácilmente. Aún así, el héroe lo intentó.

"Ehm... esto, Morrigan, ¿tú sabes cómo podríamos regresar a nuestro universo?"

"Tal vez si alguno de los dos pudiera usar magia... No sé."

"Pero ni ella ni yo podemos usar magia."

"Eso no es verdad," dijo tajantemente Flemeth, que irrumpió en ese momento, "noto cómo el maná fluye a través de la chica. Morrigan, tráele un vestido tuyo, que así irá más cómoda... y de paso pasará algo más desapercibida. Para tí, chico, no tengo trajes pero te recomendaría que te vistieras acorde, para que podáis viajar tranquilos. Tranquilos relativamente, porque se acercan tiempos oscuros."

"¿Yo puedo usar magia?" dijo extrañada la Gata Negra. De pronto notó unos espasmos y una retahíla de rayos la rodeó, como si le estuviera pasando la corriente.

"Por lo que parece, sí," insistió Flemeth, con la evidencia delante de las narices, "Morrigan y yo te tendremos que enseñar a usar tus habilidades mágicas."

"¿Es necesario?" preguntaron la Gata Negra y Morrigan a la vez.

"Sí."

Un rato más tarde la Gata Negra se encontraba frente a la choza de Flemeth, junto a Morrigan y la misma Flemeth. Morrigan y la Gata parecían hermanas, vestidas igual, con un peinado similar.

"Bien," dijo Flemeth, "el uso de la magia no es más que tomar la energía del Velo, canalizarla y moldearla. Todo lo demás son historias del Círculo de Magos y de la Capilla."

Conceptos como Velo, Círculo de Magos o Capilla les resultaban raros a los recién llegados a Thedas, Ferelden concretamente. El héroe fue a dar un garbeo, reflexionando el porqué la Gata Negra ahora podía usar magia y él no.

"Argh, lo olvidaba," se lamentó Flemeth, "no recordaba que sois de un universo diferente."

La reacción tan natural de Flemeth al hecho de que ellos vinieran de otro universo no dejaba de asombrarla.

"Otra cosa," interrumpió la vieja Flemeth, "tu reserva de maná es limitada, no intentes superarlo o las consecuencias pueden ser nefastas. Empezaremos con el simple Virote Arcano. ¿Ves esa rama de ahí? Intenta golpearla."

"Te resultará algo más sencillo si te imaginas el resultado de tu hechizo," añadió Morrigan.

La Gata Negra intentó concentrarse, pero no conseguía el resultado esperado.

"Me hubiera extrañado que lo consiguieras a la primera," dijo Flemeth, "por lo que me explicas no has visto usar magia ni has demostrado dotes mágicas en tu vida."

"Bueno, he leído libros y visto películas, con luces y rayos," dijo ella.

"No sé qué son películas, pero con leerlo en los libros no basta, se tiene que practicar."

Después de un rato intentando lanzar un virote a la rama del árbol sin éxito, la Gata Negra desistió por el momento. Morrigan le mostró lo que se suponía que tenía que conseguir, aunque ella lo hizo con un hechizo de hielo, Brazo Invernal. El héroe reclamó su atención en privado un momento.

"He estado pensando, y creo que el golpe que te diste en el Parque de la Escola Industrial, que te dejó inconsciente, junto con el misterio que nos ha llevado aquí, son los causantes de que ahora puedas usar magia. Probablemente hayas perdido parte de la agilidad," el héroe parecía tener su parte de razón.

"Es cierto," la Gata Negra no podía usar los ágiles movimientos que unos días antes podía usar a la perfección, un salto era un simple salto, y su fuerza aumentada parecía haberse agotado.

"Pero no te preocupes, seguro que encontramos la manera de regresar y de devolverte tus habilidades físicas," intentó calmarla el héroe. "Vamos a ver qué hay por aquí cerca."

"Siento aguaros la fiesta, pero lo más cercano a aquí es Lothering. En Ostagar hay demasiados soldados del rey, preparándose para lo que mi madre dice que va a ser la Quinta Ruina," les dijo Morrigan en su habitual tono. "Lo he visto con mis propios ojos," añadió bajando el volumen. "Si queréis, puedo llevaros a dar una vuelta por la Espesura de Korcari."

Dicho y hecho, Morrigan guiaba al héroe y a la Gata Negra a través de caminos casi imperceptibles para el ojo humano, se notaba que conocía esos terrenos como la palma de se mano.

"No os separéis de mí, si os perdéis no seré yo quien os vaya a buscar," dijo Morrigan severa. Finalmente llegaron a un llano, cerca de ahí había unas ruinas de alguna antigua edificación. "Madre dice que antaño aquí había una barrera mágica, de hecho ella tiene proyectada una barrera alrededor de la choza, de forma que nadie pueda encontrarnos de forma accidental."

No muy lejos aparecieron unos monstruillos. Eran bastante feos.

"Allí hay engendros tenebrosos," dijo Morrigan señalando a los susodichos. "Intenta golpearlos con el Virote Arcano," la Gata Negra se concentró, pero de nuevo, nada ocurrió.

"Humpf... no puedo," se quejó, "parece que vaya a salir, pero al final, nada."

"Atenta," Morrigan lanzó un proyectil mágico contra uno de los engendros tenebrosos. Rápidamente detectaron de dónde les había venido el ataque y el grupito de engendros se echó a la carga.

El héroe se colocó en primera línea de defensa. Morrigan lanzó su ataque mágico, Abrazo Invernal. Uno de los engendros atravesó la línea defensiva, acercándose peligrosamente a la Gata Negra, pero ni el héroe ni la maga Morrigan podían hacer nada. La Gata Negra, bajo la presión del momento, y sin saber cómo, lanzó el esperado Virote Arcano. Eso dio un pequeño respiro a la situación.

La Gata Negra había visto la situación como su nombre indica, negra, y su cuerpo no respondió a los ágiles movimientos a los que estaba acostumbrada. Sin embargo, recordó lo que había sentido en ese instante para intentar reproducir el hechizo, ¡y funcionó!

"Veo que ya sabes usar el Virote Arcano," le dijo Morrigan. Por lo que parecía, el grupo de engendros tenebrosos había sido neutralizado. La Gata Negra todavía estaba asombrada, nunca había usado magia antes, era una sensación de poder, de que la energía fluía a través de sus manos, muy agradable.

"..." La Gata Negra no respondía.

Ya de vuelta a la choza de Flemeth, Morrigan le contó cómo se habían enfrentado al grupo de engendros tenebrosos, y cómo la Gata Negra había acabado usando el hechizo mágico.

1 quejas:

scaramanga dijo...

Un poco corto, pero muy bien.