Falto de fe

No hablo de la fe como religión, sino como confianza. Es muy probable que haya dicho esto en alguna que otra ocasión, pero cada vez mi concepto de la humanidad decae más y más. Si algún día viene un platillo volante y pretende invadirnos, por mí que se dará la vuelta y se marchará.

¿Por qué digo esto? Durante el mes de exámenes, en el que servidor se pasa casi todo el día encerrado en la biblioteca, tanto en los ratos de respiro como en el camino a casa uno va viendo cosas del día a día que le decepcionan por momentos. Por ejemplo, la gente que entra con los cascos a todo volumen, se sientan a tu lado, y ya tienes discoteca para rato. Lo peor no es, como cabría pensar, que me toque la pera con su musicucha, pues lo peor es que a ese tipo le tendré que pagar la jubilación anticipada porque se quedará sordo. Y es una cosa que me toca mucho la moral.

También, como forma de tocamiento de moral mientras espero el bus, es la gente que, ya no es solo el hecho de que se ponga a fumar (aunque estén en su derecho, y aunque sea en medio de la calle, el humo molesta igual y se nota el olor igual) sino que lo peor es ver que la persona que está fumando pega una caladita y se pone a toser por los descosidos. Y esto me pone de mala leche. O sea que fumar le provoca tos (además de ennegrecerle los pulmones y aumentarle exponencialmente las probabilidades de padecer cáncer (no, gente, no me digáis que no hay pruebas, puesto que los cigarrillos, además de llevar nicotina, que ya de por sí es bastante tóxica, lleva otros productos que he manejado en el laboratorio y son bastante nocivos)) y sigue dándole al tabaco. A esto, que me saca bastante de mis casillas, hay que sumarle que tendré que pagarle la jubilación anticipada.

Los que se cuelan en el metro también me dan bastante rabia, y estos no es que tenga que pagarles la jubilación anticipada, sino que lo pagan mis padres al tener que comprarme las tarjetas de transporte y ver que cada año suben más y más.

El ser humano es el ser más arrogante que hay en la naturaleza, y cada año que pasa veo con más claridad que esta afirmación es verdadera. Y no solo es arrogante, sino que también es pedante y avaricioso.